Un tren destino a...







Laura llevaba: vaqueros de marca, jersey de color negro y una de chaqueta pana beige. Los pendientes de pelas junto su pelo castaño y alisado le daba ese toque pijo y distinguido.

Olga llevaba un chándal de marca de color celeste, su pelo rizado permanecía recogido.
Se sentaron en uno de los vagones, Laura al lado de la ventana de modo que Laura y Olga quedaron sentadas la una frente de la otra en el vagón del tren.
Olga tenía de cara un señor encombarto con sus portafolios. Laura una mujer teñida de rojo cobrizo, entrada en kilos, con las uñas pintada del mismo color que el tinte del pelo.
Olga miró a Laura y supo lo que pensaba.
“Laura nunca acabaría como esa mujer del frente, “todo eso pasa por el amor a los fogones”, a las revistas Hola, Pronto... y ese afán por tenerlo “todo como los chorros del oro” “Ana Rosa Quitana, Teresa Campos contribuirían de forma incondicional a la evolución de las mujeres horteras”.
Olga pisó, uno de los mocasines italianos de Laura era la siete treinta de la mañana la hora fijada por Laura para poder hablar.

-Qué nos tocará en el examen Carpentier o Benedetti
-Preguntó Olga.
-Espero que Carpentier, por qué si tenemos que analizar como René habla con la muerte por teléfono, me da algo
-respondió, Laura.
-¡Un momento quién es René!- exclamó, Olga.
-¡No me digas, que te quedaste empanada con la Isla de famosos!. René igual a un texto de Benedetti ( Llamada a larga distancia) ¿lo pilla? -exclamó Laura, mientras miraba a la mujer de enfrente.
-¿Pero por qué no puede hacer pruebas sobre libros Ken Follett, ó una en la que salgan, Isabel Allende...?. Es lo que lee todo el mundo. ¿Y por qué no el profesor no hace huelga cómo todo el mundo? -preguntó, Olga
El Señor de la corbata lila miró a Olga, recordó que en su mesilla de noche había un libro de Ken Follett.
- No sé, seguramente el profesor estará por la empresa temporal. Mira bonita, con un poco de suerte nos toca Kafka y ésta en tú salsa. ¿Cómo se te ocurre venir en chándal a un examen?-preguntó Laura.
-Perdona Laura, me olvide de sacar “mis armas de mujer” del armario. Laura, ¡y si nos toca algo de Mitología griega sería fabuloso!. ¡Me pido uno cómo Zeus para éste fin de semana!.-exclamó, Olga
-Olga querida, de eso ya no queda-respondió, Laura.
La señora teñida de rojo, pensaba en el curso de informática que estaba haciendo“si conseguía aprender algo de la base de datos, igual dejaba a un lado la fregona, iba una clínica de adelgazamiento, y se podría aquellos moditos de la talla cincuenta. ¿Por qué tubo qué dejar sus estudios de enfermería? Claro qué su marido era una fiera en la cama el sexo compensaba los kilos, la fregona.... Miró aquellas dos chicas qué tenía enfrente de ella y pensó ”mucho libro pero de sexo nada”.
El señor de la corbata lila pensaba en los clientes que tenía qué vez. Observo aquellas dos preciosas criaturas, con la cara limpia de maquillaje, sus uñas recortadas y sin esmalte, el brillo de sus ojos, de sus cabellos....... Miró a la mujer que tenía al lado, y “pidió a Dios que las librará de la lacra del marrujeos”
De pronto sitió un estruendo la cabeza de Laura estaba llena cristales, Olga sangra a borbotones por un brazo, la señora teñida de rojo tenía la cara cubierta de sangre y el señor de la corbata lila tenía varias heridas. Mientras los estadillos no cesaban.
-¡Laura! ¡Laura!-gritó Olga, una y otra vez pero Laura no respondía

-La señora de rojo intentaba reanimar a Laura.
-No la toques está muerta!-gritó la señora del pelo teñido de rojo.
El señor encombartado cogió a Olga he hizo una señal a la mujer del pelo teñido rojo y lo tren salieron de vagón.
En la actualidad Olga, el señor de la corbata lila y la mujer de pelo rojo reúnen cada quince días.

En la tumba de Laura hay una inscripción una de sus frases favoritas.
“Nada es perfecto nada dura para siempre excepto en nuestro recuerdo”.

Julia Muñoz.








Un con tren destino a...?

Laura llevaba: vaqueros de marca, jersey de color negro y una de chaqueta pana beige. Los pendientes de pelas junto su pelo castaño y alisado le daba ese toque pijo y distinguido.

Olga llevaba un chándal de marca de color celeste, su pelo rizado permanecía recogido.
Se sentaron en uno de los vagones, Laura al lado de la ventana de modo que Laura y Olga quedaron sentadas la una frente de la otra en el vagón del tren.
Olga tenía de cara un señor encombarto con sus portafolios. Laura una mujer teñida de rojo cobrizo, entrada en kilos, con las uñas pintada del mismo color que el tinte del pelo.
Olga miró a Laura y supo lo que pensaba.
“Laura nunca acabaría como esa mujer del frente, “todo eso pasa por el amor a los fogones”, a las revistas Hola, Pronto... y ese afán por tenerlo “todo como los chorros del oro” “Ana Rosa Quitana, Teresa Campos contribuirían de forma incondicional a la evolución de las mujeres horteras”.
Olga pisó, uno de los mocasines italianos de Laura era la siete treinta de la mañana la hora fijada por Laura para poder hablar.

-Qué nos tocará en el examen Carpentier o Benedetti
-Preguntó Olga.
-Espero que Carpentier, por qué si tenemos que analizar como René habla con la muerte por teléfono, me da algo
-respondió, Laura.
-¡Un momento quién es René!- exclamó, Olga.
-¡No me digas, que te quedaste empanada con la Isla de famosos!. René igual a un texto de Benedetti ( Llamada a larga distancia) ¿lo pilla? -exclamó Laura, mientras miraba a la mujer de enfrente.
-¿Pero por qué no puede hacer pruebas sobre libros Ken Follett, ó una en la que salgan, Isabel Allende...?. Es lo que lee todo el mundo. ¿Y por qué no el profesor no hace huelga cómo todo el mundo? -preguntó, Olga
El Señor de la corbata lila miró a Olga, recordó que en su mesilla de noche había un libro de Ken Follett.
- No sé, seguramente el profesor estará por la empresa temporal. Mira bonita, con un poco de suerte nos toca Kafka y ésta en tú salsa. ¿Cómo se te ocurre venir en chándal a un examen?-preguntó Laura.
-Perdona Laura, me olvide de sacar “mis armas de mujer” del armario. Laura, ¡y si nos toca algo de Mitología griega sería fabuloso!. ¡Me pido uno cómo Zeus para éste fin de semana!.-exclamó, Olga
-Olga querida, de eso ya no queda-respondió, Laura.
La señora teñida de rojo, pensaba en el curso de informática que estaba haciendo“si conseguía aprender algo de la base de datos, igual dejaba a un lado la fregona, iba una clínica de adelgazamiento, y se podría aquellos moditos de la talla cincuenta. ¿Por qué tubo qué dejar sus estudios de enfermería? Claro qué su marido era una fiera en la cama el sexo compensaba los kilos, la fregona.... Miró aquellas dos chicas qué tenía enfrente de ella y pensó ”mucho libro pero de sexo nada”.
El señor de la corbata lila pensaba en los clientes que tenía qué vez. Observo aquellas dos preciosas criaturas, con la cara limpia de maquillaje, sus uñas recortadas y sin esmalte, el brillo de sus ojos, de sus cabellos....... Miró a la mujer que tenía al lado, y “pidió a Dios que las librará de la lacra del marrujeos”
De pronto sitió un estruendo la cabeza de Laura estaba llena cristales, Olga sangra a borbotones por un brazo, la señora teñida de rojo tenía la cara cubierta de sangre y el señor de la corbata lila tenía varias heridas. Mientras los estadillos no cesaban.
-¡Laura! ¡Laura!-gritó Olga, una y otra vez pero Laura no respondía

-La señora de rojo intentaba reanimar a Laura.
-No la toques está muerta!-gritó la señora del pelo teñido de rojo.
El señor encombartado cogió a Olga he hizo una señal a la mujer del pelo teñido rojo y lo tren salieron de vagón.
En la actualidad Olga, el señor de la corbata lila y la mujer de pelo rojo reúnen cada quince días.

En la tumba de Laura hay una inscripción una de sus frases favoritas.
“Nada es perfecto nada dura para siempre excepto en nuestro recuerdo”.

Julia Muñoz.

Me encanta ser mujer

Se cumple cien años, desde que en 1910 murieran en una fabrica textil de Nueva York La gran manzana, puso fin a la huelga de hambre de 146 mujeres convocada por la desigualad de salarios frente a los hombres. Con una mecha, provocado el incendio de Cotton Textile Factory en la ciudad Nueva York, para obligarlas a abandonar el encierro y la huelga que realizaban para mejorar sus bajos salarios.
Estos hechos ocurriendo en 1908 reclamaciones hechas cenizas. Hasta el años 1989. ¡Eureka!. Se proclamó en memoria de estas 146 mujeres el día de la mujer trabajadoras el 8 de marzo.
“Sin 20 años no son nada”, ¡100!. Total solo murieron 146 “Mujercitas.” En un medio de comunicación, he oído que no se mezcle el día de la mujer trabajadora con el maltrato a la mujer. 146 mujeres mueren a la “parilla” por un incendio provocado obligadas a salir de una fabrica
¿ Ó salen o se convierte en cenizas? ¡ Eso no es maltrato que es un “susidio colectivo”!
Dice que los tiempos han cambiado que las mujeres se han incorporado al mercado laboral. Personalmente, creo que las mujeres a trabajado siempre en casa y fuera, como lo hicieron mis bisabuelas y abuelas, mi madre, y sus hijas entre la que me incluyó. Aunque, escribí no sea un trabajo muy “productivo” con la escritura tengo “libertad de opinión”, esa base con la que argumentar que obtuve través de mis estudios. Se puede compagina, “perfectamente” el estudio con el cuidado a tus hermanos, abuela, las tareas de las casas, los sobrinos...
Para no quedarte, anclada entre el suavizante “mimosi” y las múltiples lavadoras puestas y por poner.
Todo es compatible, con ése ir y venir de autobuses, comunicarte con la gente sin mirar su ideología, color, sexo discapacidad ó raza.
Aunque, siempre en cualquier época ya sea de oro, planta, bronce ó en pleno siglo XXI siempre existirá ése dedo índice, partido, sin uña que te señale y te diga- tú no puede.
El orgullo, me impide quédame quieta no enfrenarme a folio en blanco para hacer honores en éste su día de las mujeres trabajadoras.
Porque tan sólo ejerciendo el trabajo aprendido me siento libre le pese a quien le pese, “ Evito la bofetada” Para sentirme realizada.

Mano que se plasma en mi cara.
Niña mala
Escozor en mi mejilla.
Niña mala
Pendiente en el suelo.
Niña mala.
“Amigos” de redes sociales “amores” que arañan mi cartera.
Niña mala
No lo cuente, no lo escriba, no salga.
Niña Mala


A mi hermano Antonio que se dedico a lo que él quería como yo, a todas esas mujeres que me ayudaron a realizar mi “sueño”, a mis hermanas que sólo vieron en mí a la niñera de sus hijos y a M.G. por guárdame el secreto del relato titulado( Tres amiga)
Julia Muñoz Haba

3/03/2010

Me encanta ser mujer


Me encanta ser mujer
Se cumple cien años, desde que en 1910 murieran en una fabrica textil de Nueva York La gran manzana, puso fin a la huelga de hambre de 146 mujeres convocada por la desigualad de salarios frente a los hombres. Con una mecha, provocado el incendio de Cotton Textile Factory en la ciudad Nueva York, para obligarlas a abandonar el encierro y la huelga que realizaban para mejorar sus bajos salarios.
Estos hechos ocurriendo en 1908 reclamaciones hechas cenizas. Hasta el años 1989. ¡Eureka!. Se proclamó en memoria de estas 146 mujeres el día de la mujer trabajadoras el 8 de marzo.
“Sin 20 años no son nada”, ¡100!. Total solo murieron 146 “Mujercitas.” En un medio de comunicación, he oído que no se mezcle el día de la mujer trabajadora con el maltrato a la mujer. 146 mujeres mueren a la “parilla” por un incendio provocado obligadas a salir de una fabrica
¿ Ó salen o se convierte en cenizas? ¡ Eso no es maltrato que es un “susidio colectivo”!
Dice que los tiempos han cambiado que las mujeres se han incorporado al mercado laboral. Personalmente, creo que las mujeres a trabajado siempre en casa y fuera, como lo hicieron mis bisabuelas y abuelas, mi madre, y sus hijas entre la que me incluyó. Aunque, escribí no sea un trabajo muy “productivo” con la escritura tengo “libertad de opinión”, esa base con la que argumentar que obtuve través de mis estudios. Se puede compagina, “perfectamente” el estudio con el cuidado a tus hermanos, abuela, las tareas de las casas, los sobrinos...
Para no quedarte, anclada entre el suavizante “mimosi” y las múltiples lavadoras puestas y por poner.
Todo es compatible, con ése ir y venir de autobuses, comunicarte con la gente sin mirar su ideología, color, sexo discapacidad ó raza.
Aunque, siempre en cualquier época ya sea de oro, planta, bronce ó en pleno siglo XXI siempre existirá ése dedo índice, partido, sin uña que te señale y te diga- tú no puede.
El orgullo, me impide quédame quieta no enfrenarme a folio en blanco para hacer honores en éste su día de las mujeres trabajadoras.
Porque tan sólo ejerciendo el trabajo aprendido me siento libre le pese a quien le pese, “ Evito la bofetada” Para sentirme realizada.

Mano que se plasma en mi cara.
Niña mala
Escozor en mi mejilla.
Niña mala
Pendiente en el suelo.
Niña mala.
“Amigos” de redes sociales “amores” que arañan mi cartera.
Niña mala
No lo cuente, no lo escriba, no salga.
Niña Mala


A mi hermano Antonio que se dedico a lo que él quería como yo, a todas esas mujeres que me ayudaron a realizar mi “sueño”, a mis hermanas que sólo vieron en mí a la niñera de sus hijos y a M.G. por guárdame el secreto del relato titulado( Tres amiga)
Julia Muñoz Haba

3/03/2010